Para encontrar empleo hay que tener oportunidades

Que les voy a decir: ni son servicios, porque no distribuyen el bien que se les demanda; ni son públicos, porque lo público está al alcance de todos; ni por supuesto son de empleo, pues ni lo generan ni lo canalizan. Pero es lo que hay. Al menos, canalizan toda la ayuda que nuestro estado de bienestar es capaz de dar.  Subsidios y… sí, alguna intermediación. Al menos con los recursos que tienen lo intentan. ¿Cómo van a ser tenidos en cuenta por los ciudadanos? Lo que prima en su funcionamiento son las condiciones en las que tiene que desarrollarse su servicio, no la localización de puestos.  Es como el carnicero que tiene que se preocupa de cumplir todas las normas existentes para que la carne que vende sea perfecta, pero se  olvida de ir al mercado.  Mejor que se dedique a otra cosa. Esta es la situación de los servicios públicos de empleo. En la situación actual, con más de 4,5 millones de demandantes de empleo y con unas perspectivas, un tanto negras para el 2011, según nuestro optimista Presidente (imagínense la realidad) hay que dejar la prudencia a un lado y empezar a actuar contundentemente:

  1. Los servicios públicos de empleo deben tener la obligación de captar todos los puestos vacantes que los empresarios generan.  El foco deberá estar en esta actividad y no en otra, ni orientación, ni formación.  Objetivos y reportes mensuales trasparentes para todos los ciudadanos.
  2. Los demandantes de empleo accederán a los procesos de selección libremente.  Si consiguen acceder a un puesto de trabajo antes de x tiempo, tendrán un “premio”: deducción, exención de la cuota de desempleo, etc.…
  3. Desde el momento de inscripción en el Servicio Público de Empleo, hasta la recolocación, cada trabajador será acompañado por un profesional debidamente cualificado que le ayudará.
  4. Los Servicios Públicos de Empleo se apoyarán en las empresas privadas, tanto para el proceso de acompañamiento al trabajador como para prestar los servicios de selección que el empresario necesite.
  5. Se reestructuran las subvenciones y ventajas de cada tipo de contrato, simplificando la burocr"Tiempo"acia y abaratando con ello el proceso de contratación.

Podría seguir con algunos puntos más, pero siempre poniendo la número uno por encima de todas las demás.  Es difícil jugar a las cartas sin baraja. Un mercado de trabajo transparente, con las mínimas barreras posibles para conocer las demandas de los empresarios y que estén al alcance de las personas que buscan empleo es el principio. Lo que desanima no es no encontrar empleo, que también, sino no tener oportunidades.

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