Un enfoque diferente

Hay factores macroeconomicos que desde hace un lustro están lastrando la viabilidad de las empresas y han tenido y, lamentablemente, están teniendo el efecto devastador del cierre de muchas de ellas y, en el mejor de los casos, despidos o suspensiones colectivas para evitar su extinción.

Desde la óptica macroeconómica, los poderes públicos ponen en marcha acciones conducentes a superar esta situación. Al margen de si están acometiendo los planes adecuados para salir de esta crisis, parece claro que no es fácil dar con la solución.

El problema más acuciante es encontrar la fórmula para crear empleo, pero mientras sigamos en decrecimientos de la economía, no parece posible empezar a tirar del empleo.

Ante este panorama, emocionalmente, estamos sufriendo un ambiente de pesimismo generalizado que obstaculiza más aún la salida de la actual situación.

Esta desesperanza se alimenta de frases como “no podemos luchar contra los elementos”, “la situación es la que es y por mucho que hagamos no vamos a solucionarla”, “¿qué culpa tengo yo de esta crisis?”, etc.

Es cierto que, objetivamente, las circunstancias actuales hacen francamente difícil seguir hacia adelante y, en algunos casos, es prácticamente imposible.

Sin embargo, hay organizaciones que, en lugar de justificar sus malos resultados por la crisis, están manteniendo una posición activa frente a ella. Me refiero a ese tipo de empresas que desde que se inició este horrible escenario, no se refugiaron en la situación para explicar el descenso de sus resultados. Lo que hicieron fue asumir el nuevo contexto y preguntarse: ¿qué podemos hacer para enfrentarnos a la crisis?, ¿qué cosas diferentes debemos poner en marcha?, ¿qué debemos dejar de hacer?, etc.

Estas organizaciones, para llevar adelante su nuevo plan estratégico han hecho y están haciendo un gran esfuerzo que, sin duda está siendo recompensado, seguramente, no con los resultados que venían obteniendo habitualmente, pero sí con unos resultados que les están permitiendo seguir adelante y desmarcarse de la competencia.

No solamente están capeando el temporal, sino que además se están posicionando para tener un lugar privilegiado cuando superemos esta crisis (que algún día será).

Insisto en que no todas las organizaciones han tenido o están teniendo la oportunidad de encarar este nuevo entorno con los mismos medios. Por eso me estoy refiriendo, fundamentalmente, a aquellas que teniendo la posibilidad de hacerlo, siguen “echándole la culpa a la crisis”.

Persona lleva tiempo ayudando a las personas de organizaciones que mantienen una postura proactiva desde el inicio de la crisis, tanto con la fuerza de ventas como con la reorganización de los procesos y, claramente podemos decir que están tomando distancia con las empresas de la competencia que no se están moviendo en este sentido.

Estoy seguro que, a pesar de las grandes trabas económicas existentes, si todas las organizaciones que puedan, eligieran el camino de reestructurarse mentalmente para poner el foco en la innovación y en una manera diferente de hacer las cosas, estarían inyectando a la economía una emoción de positivismo que, muy posiblemente, ayudaría a tirar hacia adelante para iniciar la recuperación.

 

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