REESTRUCTURACIÓN Y COMPROMISO: La productividad después del ajuste

Grupo persona y Baker & McKenzie

28 de mayo de 2013

Como podía pasar el día después y no decir nada…

La organización, a la hora de afrontar un ERE, presenta diversos desafíos,  económicos, técnicos, organizativos o de producción. El momento que hoy nos toca vivir empieza a estar lleno de decisiones sobre cuestiones fundamentales  como la óptima estructura de las organizaciones para afrontar tales desafíos, fundamentalmente económicos o de producción.

Hoy no es sorprendente ver la palabra ERE dibujada, al menos una vez, en alguna de las secciones de los medios de comunicación. A veces los sentimientos que nos provocan los cientos, en algunos casos miles de personas que se ven afectadas por el Expediente, nublan lo que los más de mil que se quedan sienten.

Paliar los efectos que, sin duda, una medida de este tipo genera es uno de los focos, pero no debe alejarnos  de otros efectos que se producen en el corazón de la empresa. Pensemos en clave de preocupación por la merma de productividad como consecuencia de tales desafíos, analicemos el compromiso y seamos capaces de sentir nuestra motivación y la de nuestro equipo.

En noviembre del año pasado, Jose Prieto (Socio de Baker & McKenzie) y yo misma, sentíamos y creíamos  en la necesidad de hacer algo diferente, novedoso, algo que despertara el interés hacia la reflexión conjunta sobre aspectos que nos competían y competen cada vez más en el día a día cuando hablamos de personas, personas que se quedan o personas que se van.

Necesitábamos, cada vez más, crear ofertas de valor añadido en nuestros exigentes clientes. Han sido ellos los responsables directos, con sus comentarios y necesidades en las diferentes reuniones de trabajo del día a día, del éxito  de esta jornada. ¿Qué pasa el día después? Es una de las cuestiones claves en los distintos departamentos de recursos humanos, por tanto, gracias por regalarnos la idea.  Esa idea unió a los equipos de Baker & McKenzie y Grupo Persona e hizo que nos comprometiésemos y tratásemos de cumplir las mejores de las expectativas.

Basándome en datos objetivos, ha sido muy satisfactorio. La asistencia y la participación fue numerosa y de gran calidad humana y profesional, los ponentes hablaron por primera vez de un contrato desde el punto de vista legal y emocional.

El síndrome del superviviente y de la orquesta del Titanic así como el mapa de emociones marcan, sin duda, un punto de inflexión al hablar de reestructuraciones en positivo.

Las aportaciones y los comentarios hechos antes, durante y después del evento  nos iban desvelando las claves de un trabajo bien hecho.

Desde el plano emocional, quiero compartir uno de los comentarios que me llegó al corazón: “las expectativas antes de entrar eran altas pero ahora que se ha acabado son todavía superiores, me quedo con ganas de más”.

¡Esto, como os podéis imaginar, lo incluyo en mi mapa de emociones sin dudarlo!

Algunas menciones especiales:

A Manolo Pimentel, gracias por compartir con nosotros este ratito de conocimiento, experiencia, emociones y saber hacer. Gracias por la felicidad que contagiaste. Gracias por dejarnos conocerte mejor y gracias por haber estado desde el principio hasta el final.

Juan, Jose, David, Javier, qué os voy a decir yo desde este huequecito… estoy muy orgullosa de vosotros, además de ser muy generosos, habéis demostrado ser unos artistas de la comunicación, hacéis muy fácil lo que es realmente difícil. Aunque bien diferentes todas las aportaciones, todos tuvisteis un denominador común: la pasión por las personas.

Gracias, gracias a todos los que ayer tuvisteis la iniciativa de apoyarnos en un día tan especial para Baker y para el Grupo Persona, gracias por hacer uno de nuestros pequeños sueños realidad.

fot

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